lunes, 12 de mayo de 2008

Receta de hummus

Descubrí el hummus en Jordania, en un restaurante a pocos metros de la entrada de Petra. Mi mujer y yo estábamos recorriendo el país por nuestra cuenta. Todo resultaba muy barato porque apenas había turistas, acojonados por la violenta intifada y la consiguiente represión en el vecino Israel.

(Estas últimas frase, dichas así, quedan guay. Sobre todo para quien no sepa que recorrer Jordania por cuenta propia no tiene el menor mérito aventurero, dadas las buenas comunicaciones, lo pequeño del país y la seguridad mayoritariamente reinante en sus calles, y que, en cualquier lugar del mundo, un turista puede estar nadando en la piscina mientras en el edificio de al lado violan y torturan. En otras palabras, que la gente no deja de visitar Francia porque en España pongan bombas los hijoputas de ETA).

El caso es que llevo un día aburridísimo en el trabajo, pensando, por un lado, en qué escribir en el blog y, por otro, en una cita de Groucho Marx que leí el otro día (“Mejor permanecer callado y parecer tonto que decir algo y despejar la duda definitivamente”) y, como no se me ocurría nada trascendental, he optado por dejar constancia de esta fácil, rápida y sanísima receta que descubrí en internet entre otras complicadas en las que se trabajan más los garbanzos o se utilizan semillas de sésamo.

A saber: se mete en la batidora, trituradora o el aparato que uno tenga en casa para destrozar alimentos un bote de 500 gramos de garbanzos cocidos, previamente escurridos, un yogur natural, medio o un diente de ajo (al gusto de cada cual) y un chorrito de limón (ídem) y, cuando se obtiene una pasta blandurria, se deja enfriar ésta en la nevera para su posterior consumo por el españolísimo método de mojar pan (también quedaría muy guay añadir que tiene que ser pan de pita, pero es que da igual). Legumbres, lácteos, cítricos y ajo en un mismo plato por menos de dos euros.

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