viernes, 1 de febrero de 2008
Memento mori
Ojeando la guía de ocio de un periódico, me he topado con esta foto, que exponen en el Instituto de México en España junto a otras muchas sobre Monterrey. Me ha llamado la atención la inmensa mole que parece cernirse, amenazante, sobre la ciudad. No he estado nunca, pero me da la impresión de que, te encuentres donde te encuentres en ella, basta con levantar la cabeza para ver la cadena montañosa. Estaría bien que todas las ciudades de interior tuvieran una montaña anexa que, como el esclavo que susurraba a los generales triunfantes en Roma aquello de "Memento mori", recordara a sus habitantes su nadería frente a la Naturaleza, una lección de humildad que, en las ciudades costeras, cumple sobradamente el mar.
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